Miércoles 15 de febrero de 2017
¡Qué bien hemos dormido hoy! Se notaba la marcha de
ayer. Una estupenda y soleada mañana nos ha recibido, aquí, a los pies del
Mencilla.
Las actividades de la mañana han estado centradas en
los talleres de naturaleza: rastros y restos de animales, los beneficios de
pequeños animalitos para el suelo, el huerto ecológico y en qué consistía la trashumancia, tan importante para la
historia de estas tierras.
Tras la comida, espectacular torneo de futbolín, con
las mejores figuras del momento.
Y como el tiempo acompaña, no podía faltar una
marcha. Hoy tocaba conocer al milenario tejo Patricio. Y de paso, hemos
disfrutado de una improvisada pista de esquí.
De vuelta al albergue, merienda, descanso y a
recordar lo aprendido hasta ahora para completar nuestro “cuaderno de campo”.
No hemos podido llamar por teléfono porque la cabina
del albergue se ha estropeado y no sabemos cuándo vendrán a repararla: cosas de
la vida de montaña. Pero que todo el mundo esté tranquilo, pues salvo alguna
afonía, todos estamos bien.
La velada de la noche consistió en el juego del
“langostino dorado”, al que había que
atrapar en la ladera del monte. Era fácil verlo, pero no tanto llegar hasta él.
Con todo ello, llegó la hora de irse a dormir y
recargar fuerzas para recibir las aventuras que nos traerá el nuevo día.
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