Martes, 14 de febrero de 2017
Una estupenda mañana nos da la bienvenida tras una
noche un poco más corta para algunos. Tras las rutinas de aseo, desayuno,
recogida de habitaciones… nos preparamos para disfrutar de un día de campo.
Botas, mochila y agua y a descubrir la magia del bosque. A través de senderos y
riachuelos, entre hayas, robles y acebos, llegamos al pueblo de Pineda de la
Sierra. ¡Qué bueno estaba el almuerzo!
A continuación, descubrimos el pueblo con un juego
de orientación por equipos y conocimos algo más de arte a través de su iglesia
románica.
Mochilas de nuevo al hombro y a continuar la marcha
hasta el refugio del Esteralbo, donde nos dimos cuenta que nos hace falta salir
más a andar por el monte.
El ejercicio abre el apetito y no perdimos bocado
hasta acabar con la “ración mínima” y un poco más.
Con el estómago lleno, y ya descansados, disfrutamos
de los alrededores del refugio y de su calorcito.
Cena, con alguna que otra negociación a cuenta de la
verdura.
Y la velada de la noche con juego de estrategia para
finalizar un gran día. Hoy se nota el cansancio, así que seguro que cogeremos
la cama con más ganas.
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