Hemos partido con retraso y el nerviosismo general iba en aumento. El viaje sin complicaciones, disfrutando del paisaje, del sol y en el último tramo por fin hemos visto un manto blanco; que nos ha hecho ver que llegábamos a nuestro destino. Nos han recibido los monitores que nos han ayudado con las maletas y nos han explicado las normas de convivencia, habitaciones, etc.
Una vez arriba, locura: maletas que no abren, ropa que no cabe en los armarios, camas imposibles...
Primera comida, lentejas y albóndigas, de postre pera, ya nos conocen a algunos por nuestros gritos, nuestras orejas que no oídos y por no saber comer. ¡Que nadie se asuste! Todo está rico, pero como en casa en ningún lado.
Tiempo libre escaso y... ¡primera salida! Por fin íbamos a pisar nieve, pero ¡noooooo! Es hielo: hemos demostrado dotes artísticas en patinaje, equilibrio... un 10 en "jinasia". Hemos conocido la vegetación característica de la zona así como sus principales accidentes geográficos.
De vuelta al albergue tocaba la merienda, que a algunos se las he hecho cuesta arriba. La tarde ha discurrido con juegos y dinámicas para formar los grupos de trabajo, que nos han llevado hasta la cena, solita rica y "pescaíto" frito, de postre yogur.La cena ha ido mejor y hemos tenido que negociar menos con los monitores.
Otro rato de tiempo libre, donde los profeso nos han dado una paliza al futbolín (hemos ganado todas, son muy malos, jajajaja). Mientras que otr@s han estrenado el buzón del amor y la amistad.
Tiempo de velada a oscuras, buscando "gumibayas". Ya es hora de ir a dormir, deseadnos suerte.
Hasta mañana.
See you then.
;)
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